La toxicidad de las plantas existe: es un proceso químico que se produce de forma natural como forma de defensa, exactamente contra los herbívoros. Debido a una ingesta o contacto con la planta pueden enfermar los animales y las personas. Pero los animales son inteligentes, y si no es dentro de nuestras casas, es fuera donde conviven con otros seres vivos y plantas, adaptándose y evitando lo que les perjudica. Sin embargo, no podemos ignorar a las mascotas a las que les gusta masticar las plantas y/o cavar la tierra.
En caso de duda, empieza por las plantas aptas para mascotas
Si eres nuevo en el mundo de las plantas y tienes la fortuna de compartir tu casa con mascotas, te aconsejamos que empieces por las plantas válidas para tus mascotas, investigando previamente qué especies no son tóxicas.
Es el caso de las peperomias, los helechos y las palmeras. También es el caso de las plantas de aire, las orquídeas y las calatheas, aunque estas últimas son más difíciles de cuidar y no se recomiendan para los nuevos padres de plantas.
Cuanto más aprendas sobre las plantas, más consciente serás de tus decisiones sobre lo que funcionará o no en tu casa y para los que conviven contigo.
Fomentar y educar para la inclusión y la diversidad
Al igual que defendemos que las plantas necesitan ser escuchadas, que debemos entender su lenguaje, también lo hacemos con los animales. Normalmente, los perros y los gatos buscan plantas porque se sienten poco incitados, aburridos, y buscan llamar nuestra atención. Es posible que estén necesitados de más actividad física.
Considera la posibilidad de añadir un nuevo paseo a su rutina. Cuando añadas una nueva planta en tu casa, intenta ofrecer a tus mascotas un juguete. Premia siempre el buen comportamiento con golosinas para mascotas. Los animales se desinteresan naturalmente de las plantas si tienen algo que las estimule, viéndolas como amigos y no como juguetes.
Intenta dificultar el acceso de los animales a las plantas
Llena la tierra de la maceta con astillas de madera o piedras decorativas para evitar que escarben y dañen las raíces de la planta. Sitúa las plantas en lugares menos accesibles, como cestas colgantes en la pared, en la parte superior de los muebles o en las estanterías.
Algunas recetas caseras de bricolaje también funcionan. A los animales les suele repeler el olor de los cítricos, por ejemplo: prueba a rociar las plantas con agua y zumo de limón o de naranja y a poner cáscaras de cítricos en las macetas.
Intenta introducir gradualmente otros tipos de plantas
Cuando metas plantas no aptas para mascotas, intenta colocarlas primero en los lugares menos accesibles mencionados anteriormente. Cuando notes que tus mascotas no las buscan, puedes probar en otros lugares.
Si tu(s) mascota(s) muestra(n) interés por una planta en concreto, colócala en un lugar de difícil acceso, especialmente si no puedes supervisar su interacción.
Las plantas y los animales aprenden a convivir y los beneficios de su acción son mutuos.
En conclusión: es posible convivir, debemos intentarlo (con seguridad) y, al final, será muy gratificante y provechoso.