Eres la persona afortunada de tener tu propio jardín, pero está aburrido y sin chispa así que este año, sí o sí, quieres darle un buen lavado de cara para que no parezca un desierto abandonado.
Y te vamos a ayudar en esta actividad contándote cuáles son los mejores árboles pequeños que puedes plantar en el jardín de tu casa de Alcalá de Henares.
Lo primero que debes hacer, si realmente lo que quieres es remodelar tu jardín, es hablar con un profesional. Él te podrá aconsejar mejor que nadie sobre la distribución del espacio, lo que necesitas y te hará “bajar a tierra” tus necesidades, porque quizás quieras un naranjo pero no es posible. Dicho esto, hay varias cosas a tener en cuenta antes de liarte tanto la cabeza:
- Cuál es la dimensión de tu jardín: si el jardín o tu patio tienen límites que puedes ver desde tu ventana, debes tener muy claro qué plantas y sobre todo, cuáles no puedes tener para evitar meter la pata con árboles demasiado grandes que acaban en territorio del vecino. Además, también tienes que tener en cuenta la altura de tu casa, o sea, el árbol que elijas debe tener un tamaño que concuerde con los límites arquitectónicos de tu casa.
- Ten en cuenta el clima: un aspecto fundamental. Aunque los árboles son resistentes, tienes que tener en cuenta tu clima para hacer una buena elección.
- La tierra: si hablamos de un pequeño árbol en una maceta, estamos hablando de una profundidad, como poco, de 80 cm, como mínimo. Ahora supón eso a un árbol grande: ten en cuenta que los árboles abarcan espacio y requieren de nutrientes.
- ¿Hoja caduca u hoja perenne? Otra cosa más que debes plantearte: quien goza de un jardín y lo quiere tener cuidado sabe que eso supone horas de trabajo. Ten esto en cuenta: un árbol de hoja caduca se deshace de su vegetación y eso supone tener que quitar esas hojas. Valora este aspecto.
- ¿Frutal o no frutal? Es otro detalle que debes valorar, si solo quieres el verde y la sombra o te apetece recoger los frutos.
Y vistos estos aspectos vamos con una pequeña selección de árboles que puedes valorar para tu propio estilo particular:
- Eriobotrya japónica (Níspero). De origen asiático, alcanza entre los 6 y 8 metros de altura. En otoño se produce la floración y en primavera surgen los frutos. Requiere de sol pero también puede crecer en sombra liviana. Necesita suelos bien drenados. Es tu árbol si quieres dar un toque tropical a tu jardín.
- Lagerstroemia indica (Crespón). De origen chino, japonés e Indio, puede llegar a los 6 metros, con un diámetro similar. Sus encantadoras flores, suelen aparecer en verano. Pueden ser rosa, lila, púrpuras o blancas. Requiere de sol pero no es exigente en cuanto a suelos. Tolera heladas, es importante si vives en un sitio de inviernos duros. Es ideal si buscas un toque de color.
- Robinia hispida (Acacia rosada). De origen americano del norte, es un árbol de hoja caduca que suele estar en floración en primavera y verano (flores rosas). Puede alcanzar los 3 y 5 metros, con un diámetro entre 1,5 y 3 metros. Necesita sol y suelos fértiles, bien drenados. Tolera el frío.
- Punica granatum (Granado). No suele superar los 5 metros de altura. Florece entre abril y junio, es habitual verlo en zonas mediterráneas porque necesita temperaturas templadas. Hoja caduca, su tronco se va retorciendo a medida que crece.
- Cercis siliquastrum (árbol de Judas). También se le conoce como árbol del amor. Es de hoja caduca y tiene un tronco que se retuerce a medida que crece. No resiste ambientes permanentemente fríos. Normalmente alcanza los 6 metros.
- Naranjo: hojas perennes y especioso tronco recto. Exige mucha luz y también le gusta el agua. En recompensa, te dará naranjas.
- Limonero: de la misma familia que el anterior. Hoja perenne, no suele llegar a los 6 metros. Necesita agua y luz y una tierra bien abonada. Es capaz de aguantar el frío pero no las heladas. Puede dar frutos todo el año dependiendo de la variedad.
- Prunus dulcis (almendro). Un gozo para nuestros ojos por sus flores color rosado. No crece mucho, suele ser resistente y tiene una demanda de agua moderada. Eso sí: ten paciencia porque la maduración de las almendras es bastante lenta