En ocasiones, los bancos exigen un aval para conceder una hipoteca. Y una de las alternativas es la del hipotecante no deudor. Esta fórmula es similar al avalista tradicional, aunque permite limitar la responsabilidad. En concreto, no responde con la totalidad de su patrimonio para saldar la deuda en caso de impago, sino que puede poner como garantía otro inmueble de su propiedad o una cantidad determinada de dinero.
Pero no todos son ventajas: conviene tener en cuenta que muchas entidades financieras no aceptan esta figura. Repasamos todas las claves de esta figura:
¿Qué significa ser avalista de una hipoteca?
Un avalista es una persona que se compromete a pagar la deuda de un préstamo en caso de impago. Es decir, en el supuesto de que el titular o titulares de la hipoteca no paguen, el banco tendrá derecho a solicitar al avalista que se haga cargo de la deuda contraída por dicho préstamo.
En este sentido, hay que tener en cuenta que el avalista responderá con todo su patrimonio. O sea, que podría llegar a perder todo su patrimonio en el caso de que este fuese insuficiente como para saldar la deuda contraída por el banco.
¿Qué es un hipotecante no deudor?
Cuando vamos a pedir una hipoteca, en el caso de que el banco no solicite un aval, además de la figura del avalista, también existe la figura del hipotecante no deudor. En este caso, se trata de un avalista con responsabilidad limitada. El hipotecante no deudor pone como garantía del pago de la hipoteca otro inmueble de su propiedad (o una cantidad determinada de dinero).
De este modo, en caso de impago de la hipoteca, el banco podrá solicitar al hipotecante no deudor que afronte la deuda restante usando para ello esta vivienda que ha sido puesta como garantía (o la suma de dinero concretada en caso de no usar como garantía un inmueble). Sin embargo, no podrá solicitar que utilice otros medios para saldar la deuda. Es decir, el resto del patrimonio del hipotecante no deudor no podrá ser usado por el banco para saldar la deuda de la hipoteca impagada.
¿Cuál es la diferencia entre un hipotecante no deudor y un avalista?
La principal diferencia entre un hipotecante no deudor y un avalista es que, en caso de impago, el hipotecante no deudor no responde con la totalidad de su patrimonio para saldar la deuda, mientras que el avalista de una hipoteca sí que lo hace. Es decir, mientras que el avalista asume la totalidad del pago de la hipoteca en caso de impago, el hipotecante no deudor solo se compromete al pago de una parte determinada, lo que garantiza la seguridad del resto de su patrimonio.
Ventajas del hipotecante no deudor
Como es lógico, la principal ventaja que implica la figura del hipotecante no deudor es que limita el riesgo de la pérdida del patrimonio a la hora de avalar una hipoteca. De este modo, no deberá responder con la totalidad de su patrimonio en caso de impago, por lo que el riesgo que se asume al actuar como aval del préstamo es considerablemente menor.
Desventajas del hipotecante no deudor
Teniendo en cuenta la gran ventaja que supone la figura del hipotecante no deudor, cabe preguntarse por qué no se utiliza siempre como sustituto de la figura del avalista. Aquí es donde entra la principal desventaja de esta figura. El problema es que, en muchos casos, los bancos no aceptan la figura del hipotecante no deudor cuando los clientes van a solicitar una hipoteca. ¿Por qué? Porque el banco quiere tener la mayor seguridad posible a la hora de prestar su dinero. En otras palabras, quiere tener todas las garantías posibles de que lo recuperará. Por ello, la mayoría de las entidades prefieren contar con un avalista en lugar de un hipotecante no deudor a la hora de conceder una hipoteca.
¿Cómo conseguir una hipoteca con un hipotecante no deudor?
Para conseguir que el banco acepte la figura del hipotecante no deudor en lugar de la del aval a la hora de pedir una hipoteca podemos seguir los siguientes consejos:
- Comparar hipotecas: lo primero que debemos hacer es comparar entre distintas hipotecas y entre distintos bancos. De este modo, es mucho más probable que terminemos encontrando una hipoteca que se ajuste a nuestras necesidades y preferencias. Entre ellas, la de contar con un hipotecante no deudor en vez de un avalista.
- Negociar con el banco: una vez que ya hemos elegido la hipoteca que nos interesa, debemos negociar con el banco. Al negociar con la entidad podemos mejorar las condiciones de la concesión del préstamo y, entre ellas, podemos conseguir que acepten la figura del hipotecante no deudor en lugar de la del avalista.
- Mejorar nuestro ‘scoring’ bancario: si nos presentamos al banco como un cliente más solvente y seguro, es probable que el banco ponga menos reticencias a la hora de concedernos el préstamo con la figura del hipotecante no deudor en lugar de la de un avalista. Incluso, podríamos llegar a conseguir la hipoteca sin necesidad de ninguna de las dos.
- Contar con un bróker hipotecario: los brókers hipotecarios conocen el mercado hipotecario mejor que nadie. Buscan la hipoteca que mejor se ajuste a nuestras necesidades y, además, también negocian con el banco en nuestro nombre. De este modo, son una de las mejores opciones a la hora de conseguir mejorar las condiciones en las que se nos concede el préstamo.
Fuente Idealista