El economista y director general del Institut d’Estudis Financers (IEF), Josep Soler, cree que subirá un punto más en medio año
El economista y director general del Institut d’Estudis Financers (IEF), Josep Soler, ha previsto que «se verá una subida del euríbor», que actualmente está alrededor del 0,45% y que puede subir hasta el 1,5% hasta finales de año.
El indicador de referencia para la mayoría de las hipotecas en España entró en abril en terreno positivo por primera vez desde principios de abril, y en mayo registró una media mensual del 0,287%, máximos casi siete años y medio.
Fuente: Banco de España
En los primeros días de junio, la tasa diaria del euríbor a 12 meses se sitúa en torno al 0,45%, en niveles de 2014, y Soler estima que podría repuntar un punto adicional en lo que resta de ejercicio. Un estudio de Caixabank sitúa al indicador por encima del 1% a finales de 2022 y cerca del 2% en 2023.
Detrás de estas subidas están las previsibles subidas de los tipos de interés que llevará a cabo el Banco Central Europeo (BCE) para contener la inflación, después de que los precios hayan crecido en mayo a un ritmo récord del 8,1%.
Economistas y consultores ya alertaban en el primer trimestre del año que la subida de los precios suponía el fin de las hipotecas megabaratas, y de momento las previsiones se están cumpliendo. Por un lado, porque el euríbor está aumentando las cuotas de los préstamos variables y, por otro, porque los bancos están revisando al alza los precios de las hipotecas fijas.
Según ha explicado Soler en una entrevista en el canal 3/24 recogida por Europa Press, Soler ha dicho que la inflación y la subida del euríbor implican «una doble pérdida del poder adquisitivo» para la población.
En este sentido, ha apuntado que puede haber una presión social para subir los salarios con el objetivo de recuperar el poder adquisitivo, pero que esto también comportaría «mantener la inflación mucho más en el tiempo».
Sobre la posibilidad de que las hipotecas alcancen el 5% o 6% de interés, Soler ha sostenido que una «política monetaria y unas políticas de rentas acertadas» pueden evitarla.
Preguntado por qué debe hacer la Administración Pública para bajar la inflación, ha respondido que la solución no está en manos de esta, sino de los bancos centrales y la política monetaria que «afortunadamente no depende de los Gobiernos».
Ha añadido que los Gobiernos deben trabajar en la misma dirección que los mercados y esto significa «establecer una mínima política de rentas» a través de convencer a los sindicatos y empresarios para limitar sus rentas.
Fuente: Idealista